Rodilla flotante en el paciente pediátrico. Experiencia en un centro de referencia de Paraguay
Floating knee in the pediatric patient. Experience in a reference center in Paraguay
- ALBERTO DANIEL NAVARRO VERGARA - Autor principal(Hospital de Trauma "Manuel Giagni")
- ALBERTO NAVARRO FRETES(Hospital de Trauma "Manuel Giagni")
Autor para correspondencia:
ALBERTO DANIEL NAVARRO VERGARA
Hospital de Trauma "Manuel Giagni"
email: djocote@hotmail.com
ALBERTO DANIEL NAVARRO VERGARA
Hospital de Trauma "Manuel Giagni"
email: djocote@hotmail.com
Resumen
Objetivo: Las lesiones ipsilaterales del fémur y la tibia en niños son infrecuentes y la causa responsable de dicho evento es un mecanismo de alta energía. Buscamos con este trabajo crear un algoritmo de manejo desde la recepción en la urgencia hasta el alta definitiva.
Material y metodología: Estudio retrospectivo, observacional de 12 casos consecutivos atendidos desde el mes de enero 2018 hasta mayo 2019, con una edad media de 9 años. Las variables estudiadas: edad, genero, lado afecto, mecanismo de trauma, presencia de exposición ósea, tipo de lesión ósea, afección del peroné, clasificación según Lett y Vicent, clasificación según AO, lesiones asociadas, tratamiento realizado, complicaciones secundarias al tratamiento, tiempo de seguimiento y evaluación funcional objetiva miembro afecto bajo los criterios de Karlstrom y de Flynn.
Resultados: En todos los casos, el mecanismo lesional fue un trauma de alta energía. En 7 casos hubo fracturas expuestas. En cuanto a las clasificaciones, la de Letts-Vicent tuvo predominio el tipo D en 7 ocasiones. Bajo la clasificación nueva de la AO para fracturas pediátricas, podemos observar la lesión femoral 32 D/4.1 como a de mayor aparición en 7 casos.
Conclusión: Es necesario un mecanismo de alta energía para que ocurran lesiones tan severas como la “rodilla flotante”. Afirmamos que la conducta quirúrgica es la que permite tener mejores resultados funcionales finales. Creemos que las técnicas mínimas invasivas deben ser la primera opción para el mejor manejo del paciente.
Material y metodología: Estudio retrospectivo, observacional de 12 casos consecutivos atendidos desde el mes de enero 2018 hasta mayo 2019, con una edad media de 9 años. Las variables estudiadas: edad, genero, lado afecto, mecanismo de trauma, presencia de exposición ósea, tipo de lesión ósea, afección del peroné, clasificación según Lett y Vicent, clasificación según AO, lesiones asociadas, tratamiento realizado, complicaciones secundarias al tratamiento, tiempo de seguimiento y evaluación funcional objetiva miembro afecto bajo los criterios de Karlstrom y de Flynn.
Resultados: En todos los casos, el mecanismo lesional fue un trauma de alta energía. En 7 casos hubo fracturas expuestas. En cuanto a las clasificaciones, la de Letts-Vicent tuvo predominio el tipo D en 7 ocasiones. Bajo la clasificación nueva de la AO para fracturas pediátricas, podemos observar la lesión femoral 32 D/4.1 como a de mayor aparición en 7 casos.
Conclusión: Es necesario un mecanismo de alta energía para que ocurran lesiones tan severas como la “rodilla flotante”. Afirmamos que la conducta quirúrgica es la que permite tener mejores resultados funcionales finales. Creemos que las técnicas mínimas invasivas deben ser la primera opción para el mejor manejo del paciente.
Abstract
Objective: Ipsilateral lesions of the femur and tibia in children are uncommon and the cause responsible for this event is a high energy mechanism. With this study we seek to create a management algorithm from the reception in the emergency until the final discharge.
Material and methodology: Retrospective, observational study of 12 consecutive cases attended from January 2018 to May 2019, with a mean age of 9 years. Variables studied: age, gender, affective side, trauma mechanism, presence of bone exposure, type of bone lesion, fibula condition, classification according to Lett and Vicent, classification according to AO, associated injuries, treatment performed, complications secondary to treatment, follow-up time and objective functional evaluation of the affected member under the criteria of Karlstrom and Flynn.
Results: In all cases, the injury mechanism was a high energy trauma. In 7 cases there were exposed fractures. As for the rankings, Letts-Vicent had a predominance of type D 7 times. Under the new classification of AO for pediatric fractures, we can observe the 32 D / 4.1 femoral lesion as a major occurrence in 7 cases.
Conclusion: A high energy mechanism is necessary for injuries as severe as the "floating knee" to occur. We affirm that the surgical behavior is what allows to have better final functional results. We believe that minimum invasive techniques should be the first option for the best patient management.
Material and methodology: Retrospective, observational study of 12 consecutive cases attended from January 2018 to May 2019, with a mean age of 9 years. Variables studied: age, gender, affective side, trauma mechanism, presence of bone exposure, type of bone lesion, fibula condition, classification according to Lett and Vicent, classification according to AO, associated injuries, treatment performed, complications secondary to treatment, follow-up time and objective functional evaluation of the affected member under the criteria of Karlstrom and Flynn.
Results: In all cases, the injury mechanism was a high energy trauma. In 7 cases there were exposed fractures. As for the rankings, Letts-Vicent had a predominance of type D 7 times. Under the new classification of AO for pediatric fractures, we can observe the 32 D / 4.1 femoral lesion as a major occurrence in 7 cases.
Conclusion: A high energy mechanism is necessary for injuries as severe as the "floating knee" to occur. We affirm that the surgical behavior is what allows to have better final functional results. We believe that minimum invasive techniques should be the first option for the best patient management.
: Rodilla Flotante, Pediatria, Fractura de Femur, Fractura de Tibia
: Floating Knee. Femur Fracture, Tibial Fracture, Pediatrics
Introducción
El término rodilla flotante se utiliza para describir la inestabilidad de la articulación a causa de la fractura de la metáfisis o diáfisis femoral y tibial ipsilateral [1]. Al considerar la fractura de fémur o de tibia de forma aislada, en pacientes pediátricos, ambas forman parte de los diagnósticos de internación más frecuentes en los hospitales de referencias [2]. Pero las lesiones ipsilaterales son infrecuentes y la causa es un mecanismo de alta energía, en la mayoría de los casos por accidente viales, donde el compromiso vital es muy elevado [3]. Al enfocarnos en el tratamiento de este tipo de fracturas debemos evaluar el grado de inestabilidad, el compromiso de las partes blandas y el tipo de la fractura para decidir el tratamiento definitivo y lograr la funcionalidad completa del miembro afecto. Siempre hay que considerar la elección del implante más adecuado y el pronóstico de las lesiones según el área afectada en cada hueso [4] basado en la clasificación de Lett y Vicent, para mejor identificación de las potenciales complicaciones tempranas y tardías [5].
Debido a la gravedad de las lesiones asociadas a este tipo de fracturas y la falta de evidencia para definir el manejo de los casos pediátricos, buscando crear un algoritmo de manejo desde la recepción en la urgencia hasta el alta definitiva, nos hemos propuesto conocer los resultados obtenidos con los diversos tratamientos establecidos en nuestro hospital.
Debido a la gravedad de las lesiones asociadas a este tipo de fracturas y la falta de evidencia para definir el manejo de los casos pediátricos, buscando crear un algoritmo de manejo desde la recepción en la urgencia hasta el alta definitiva, nos hemos propuesto conocer los resultados obtenidos con los diversos tratamientos establecidos en nuestro hospital.
Material y metodología
Estudio retrospectivo y observacional de doce casos consecutivos atendidos entre el mes de enero 2018 hasta mayo 2019, en el Hospital de Trauma “Manuel Giagni” (Asunción, Paraguay). Los criterios de inclusión fueron pacientes menores o de 16 años, con fractura de fémur y tibia ipsilateral (rodilla flotante). Las variables estudiadas fueron edad, sexo, lado afecto, mecanismo de trauma, presencia de exposición ósea, tipo de lesión femoral, tipo de lesión en la tibia, afección del peroné, clasificación según Lett y Vicent [5], clasificación AO [5-11], presencia de lesiones asociadas, tratamiento realizado según el hueso afecto, complicaciones secundarias al tratamiento, tiempo de seguimiento y evaluación funcional objetiva miembro afecto [6][8]. En los casos de lesiones con exposición ósea se utilizó la clasificación de las fracturas expuestas propuestas por Gustilo y Anderson universalmente aceptadas [7].
El estudio se realizó revisando las fichas de los 18 meses de estudios, donde de los 1.233 expedientes de pacientes pediátricos que ingresaron para tratamiento de fracturas, solo el 0,1% correspondió a “rodilla flotante”. La media de seguimiento fue de 9 meses, el máximo 16 meses el mínimo de 1 mes. Encontramos un mínimo predominio del sexo masculino con 7 casos. El promedio de edad fue de 9 años, siendo el rango desde 2 meses a 16 años y no existió diferencia entre el lado afecto.
El estudio se realizó revisando las fichas de los 18 meses de estudios, donde de los 1.233 expedientes de pacientes pediátricos que ingresaron para tratamiento de fracturas, solo el 0,1% correspondió a “rodilla flotante”. La media de seguimiento fue de 9 meses, el máximo 16 meses el mínimo de 1 mes. Encontramos un mínimo predominio del sexo masculino con 7 casos. El promedio de edad fue de 9 años, siendo el rango desde 2 meses a 16 años y no existió diferencia entre el lado afecto.
Resultados
En todos los casos, el mecanismo lesional, fue un trauma de alta energía posterior a caída de motocicleta, por colisión en la vía pública. En 7 casos se presentaron fracturas expuestas, siendo 5 de afectación de la tibia y 2 femorales.
En 6 casos le correspondió la gradación de IIIA según Gustilo-Anderson (Tabla 1).
Desglosando las zonas de lesiones, encontramos que en el fémur se vio afectado la diáfisis en 9 casos, siendo el tercio medio el más frecuente, en 5 ocasiones. En la tibia también la diáfisis representó la zona de mayor afectación, en 9 ocasiones, siendo en este hueso el tercio superior el más acometido. El peroné se vio involucrado en la mitad de los casos estudiados. (Tabla 1).
Las fracturas correspondieron al tipo D de la clasificación de Letts-Vicent en 7 ocasiones, seguido por 4 fracturas de tipo A y uno solo de tipo C. No se presentaron fracturas expuestas concomitante en las dos zonas (tipo E). Bajo la clasificación nueva de la AO para fracturas pediátricas, observamos la lesión femoral 32 D/4.1 como la más frecuente, en 7 casos, y las lesiones de la pierna, 42 D/4.1, en 5 ocasiones (Tabla 2) (Figura 1) (Figura 2) (Figura 3).
En lo que respecta a las lesiones asociadas y a las complicaciones observamos que en 7 casos hubo afectación de otra parte del cuerpo, siendo en 4 casos el trauma leve de cráneo, en un caso tuvimos una anemia grave debido a la hemorragia post traumática. Entre las complicaciones graves, en una ocasión se tuvo que reintervenir por falla de MOS; la revisión quirúrgica, a los 15 días, pudo solucionar el inconveniente. Dos casos se acompañaron de epidermonecrosis debido a la contusión grave de las partes blandas, donde se requirió de desbridamiento quirúrgico y se derivó el caso a cirugía plástica para la conducta definitiva (Tabla 3).
La mayoría de nuestros pacientes, 7 casos, presentaron de excelentes evoluciones, 2 fueron buenos resultados. Se presentaron resultados aceptables y pobres en 3 casos.
Considerando los criterios radiográficos durante los controles tuvimos similares resultados, siendo excelente y bueno 10 casos y dos mostraron ser pobres.
En ningún caso tuvimos lesiones asociadas graves a nivel de cráneo, algo no tan común en este tipo de eventos, donde el TCE grave suele dejar secuelas infranqueables en el paciente.
En 6 casos le correspondió la gradación de IIIA según Gustilo-Anderson (Tabla 1).
Desglosando las zonas de lesiones, encontramos que en el fémur se vio afectado la diáfisis en 9 casos, siendo el tercio medio el más frecuente, en 5 ocasiones. En la tibia también la diáfisis representó la zona de mayor afectación, en 9 ocasiones, siendo en este hueso el tercio superior el más acometido. El peroné se vio involucrado en la mitad de los casos estudiados. (Tabla 1).
Tabla 1.
(V = varón; M = Mujer; D = derecho, I = izquierdo)
Caso | Seguimiento (meses) |
Edad |
sexo | lado | Mecanismo | Expuesta | Gustillo |
1 | 12 | 16 mes | V | D | Accidente moto | No | |
2 | 16 | 3 a | M | D | Accidente moto | Si/Tibia | IIIA |
3 | 4 | 6 | M | I | Accidente moto | Si/Tibia | IIIA |
4 | 8 | 7 | M | I | Accidente moto | Si/Fémur | IIIA |
5 | 13 | 11 | M | I | Accidente moto | No | |
6 | 7 | 11 | V | I | Accidente moto | Si/Fémur | IIIA |
7 | 12 | 12 | V | D | Accidente moto | No | |
8 | 12 | 14 | V | I | Accidente moto | No | |
9 | 7 | 15 | V | D | Accidente moto | Si/Tibia | IIIA |
10 | 9 | 16 | V | I | Accidente moto | Si/Tibia | II |
11 | 8 | 16 | V | D | Accidente moto | Si/Tibia | IIIA |
12 | 1 | 3 mes | V | D | Accidente moto | No |
Las fracturas correspondieron al tipo D de la clasificación de Letts-Vicent en 7 ocasiones, seguido por 4 fracturas de tipo A y uno solo de tipo C. No se presentaron fracturas expuestas concomitante en las dos zonas (tipo E). Bajo la clasificación nueva de la AO para fracturas pediátricas, observamos la lesión femoral 32 D/4.1 como la más frecuente, en 7 casos, y las lesiones de la pierna, 42 D/4.1, en 5 ocasiones (Tabla 2) (Figura 1) (Figura 2) (Figura 3).
Tabla 2. Localización de las fracturas y clasificación
Analizando los tratamientos que se realizaron en cada caso, en el fémur el más frecuente fue el enclavijado endomedular, con clavo rígido, en 4 ocasiones, una ocasión fue un clavo retrógado, 3 estabilizaciones elásticas con clavos flexibles (ESIN), dos tratamientos incruentos, dos fijaciones percutáneas y un caso manejado con fijador externo durante todo el tratamiento. En la tibia, se optó por el uso de clavos flexibles en 4 ocasiones, de clavo rígido en 3 ocasiones, en tratamiento incruento en 3 ocasiones y en un caso se utilizó placa para tibia proximal y en una ocasión un fijador externo (Tabla 3).Caso | Lesión fémur | Lesión tibia |
Lesión peroné | Clasificación AO (Fémur / Tibia) |
Clasificación Leit |
1 | Diáfisis 1/3 prox | Diáfisis 1/3 prox | No | 32D 4.1/ 42D 2.1 | A |
2 | Metáfisis distal | Diáfisis 1/3 prox | No | 33E 2.2/ 42D 4.1 | D |
3 | Diáfisis 1/3 medio | Diáfisis 1/3 prox | No | 32D 4.1/ 42D 5.2 | D |
4 | Diáfisis 1/3 medio | Metáfisis proximal | Si | 33E 3.1/ 41M 3.2 | D |
5 | Epífisis distal | Metáfisis proximal | No | 33M3.2/41M 3.2 | C |
6 | Metáfisis distal | Metáfisis proximal | Si | 32D 4.1/42D 5.2 | D |
7 | Diáfisis 1/3 medio | Diáfisis 1/3 prox | Si | 32D 4.1/42D 5.1 | A |
8 | Diáfisis 1/3 prox | Diáfisis 1/3 prox | No | 32D 4.1/ 42D 5.2 | A |
9 | Diáfisis 1/3 prox | Diáfisis 1/3 medio | Si | 32D 4.1/42D 4.1 | D |
10 | Diáfisis 1/3 distal | Diáfisis 1/3 prox | Si | 32D 4.1/ 42D 4.1 | D |
11 | Diáfisis 1/3 medio | Diáfisis 1/3 medio | Si | 32D 4.1/ 42D 4.1 | D |
12 | Diáfisis 1/3 medio | Diáfisis 1/3 distal | No | 32D5.1 / 42D 4.1 | A |
Tabla 3. Tratamiento y resultados
(RCFP: reducción cerrada y fijación percutánea; ESIN: enclavijado elástico; CFF: Clavo fresado fémur; CFT: Clavo fresado tibia; RAFI: reducción abierta y fijación interna)
Caso | Tratamiento fémur | Tratamiento tibia |
Lesiones asociadas | Complicación | Clasificación Karlstrom | Clasificación Flynn |
1 | Incruento | Incruento | No | No | Excelente | Excelente |
2 | RCFP/Kirschner | ESIN | TCE leve | Infección cutánea | Bueno | Bueno |
3 | ESIN | ESIN | TCE, trauma facial, trauma abdomen, | No | Excelente | Excelente |
4 | ESIN | Incruento | Anemia | Epidermonecrosis | Pobre | Pobre |
5 | RCFP / tornillos | RAFI placa | No | No | Aceptable | Bueno |
6 | ExFix | ExFix | Síndrome compartimental | Epidermonecrosis | Pobre | Pobre |
7 | ESIN | ESIN | Fractura malar, Fractura distal radio | No | Excelente | Bueno |
8 | CFF | CFT | TCE leve | No | Excelente | Bueno |
9 | CFF | ESIN | No | No | Excelente | Excelente |
10 | Clavo retrógrado | CFT | No | No | Bueno | Bueno |
11 | CFF | CFT | No | No | Excelente | Excelente |
12 | Incruento | Incruento | Fractura | No | Excelente | Excelente |
En lo que respecta a las lesiones asociadas y a las complicaciones observamos que en 7 casos hubo afectación de otra parte del cuerpo, siendo en 4 casos el trauma leve de cráneo, en un caso tuvimos una anemia grave debido a la hemorragia post traumática. Entre las complicaciones graves, en una ocasión se tuvo que reintervenir por falla de MOS; la revisión quirúrgica, a los 15 días, pudo solucionar el inconveniente. Dos casos se acompañaron de epidermonecrosis debido a la contusión grave de las partes blandas, donde se requirió de desbridamiento quirúrgico y se derivó el caso a cirugía plástica para la conducta definitiva (Tabla 3).
La mayoría de nuestros pacientes, 7 casos, presentaron de excelentes evoluciones, 2 fueron buenos resultados. Se presentaron resultados aceptables y pobres en 3 casos.
Considerando los criterios radiográficos durante los controles tuvimos similares resultados, siendo excelente y bueno 10 casos y dos mostraron ser pobres.
En ningún caso tuvimos lesiones asociadas graves a nivel de cráneo, algo no tan común en este tipo de eventos, donde el TCE grave suele dejar secuelas infranqueables en el paciente.
Discusión
A pesar de que el esqueleto inmaduro es sensible a las lesiones fisarias es también su alto potencial de remodelación el que nos permite tener resultados satisfactorios durante el tratamiento [4][8][13], es por ello qué la terapéutica invasiva, utilizando material de síntesis [12][13], permiten la pronta movilidad de las articulaciones, dejando de lado el tratamiento “conservador’ anteriormente pregonado.
Universalmente la clasificación de Lett-Vicent [5] demostró ser la de más fácil interpretación y uso, y la presencia de la exposición ósea es de suma importancia en la graduación convencional. En nuestro trabajo más del 50% presento lesión expuesta, pero en ningún caso fueron ambos huesos afectados de manera concomitante. El 70% de la exposición fueron en la tibia, algo lógico y que coincide con la bibliografía [4][8][12][13].
Las indicaciones de las estabilizaciones definitivas de las fracturas se realizaron de acuerdo a la personalidad de cada una de ellas, donde el uso de clavos elásticos intrameduales [16] es la síntesis más empleada, tanto para las lesiones femorales como tibiales. En nuestro trabajo tuvimos 4 casos tratados con clavos rígidos, debido a la proximidad de cierre fisiario de los pacientes. En un caso se optó por la fijación por un único abordaje, realizando el enclavijado retrogrado del fémur y anterógrado de la tibia con excelente resultado [15].
Las complicaciones mayores observadas fueron la de un caso con falla de material de síntesis femoral, donde la paciente en su seguimiento presentaba discrepancia de miembro y limitación para la movilidad de la rodilla, por disminución de la flexión. Además de la presencia de epidermonecrosis que se solucionaron con la ayuda del servicio de cirugía plástica para el cierre del defecto cutáneo.
Estadificar los casos, utilizando los criterios de Karlström y Flynn [6][8], nos permite encasillar los resultados para crear algoritmos de manejo o estandarizar los casos para conseguir resultados mejores a medida que se presenten nuevos desafíos.
Es necesario un mecanismo de alta energía para que ocurran lesiones tan graves como la “rodilla flotante”. El accidente es un accidente de tránsito; en todos los casos tuvimos que el paciente se trasladaba en motocicleta, donde la responsabilidad del adulto es máxima al decidir subir a un menor de edad y exponerlo al peligro potencial.
La conducta quirúrgica es la que permite tener mejores resultados funcionales finales, siendo la elección del material una decisión que compete al cirujano. Creemos que las técnicas mínimas invasivas deben ser la primera opción para el mejor manejo del paciente, disminuyendo la agresión de las partes blandas.
Universalmente la clasificación de Lett-Vicent [5] demostró ser la de más fácil interpretación y uso, y la presencia de la exposición ósea es de suma importancia en la graduación convencional. En nuestro trabajo más del 50% presento lesión expuesta, pero en ningún caso fueron ambos huesos afectados de manera concomitante. El 70% de la exposición fueron en la tibia, algo lógico y que coincide con la bibliografía [4][8][12][13].
Las indicaciones de las estabilizaciones definitivas de las fracturas se realizaron de acuerdo a la personalidad de cada una de ellas, donde el uso de clavos elásticos intrameduales [16] es la síntesis más empleada, tanto para las lesiones femorales como tibiales. En nuestro trabajo tuvimos 4 casos tratados con clavos rígidos, debido a la proximidad de cierre fisiario de los pacientes. En un caso se optó por la fijación por un único abordaje, realizando el enclavijado retrogrado del fémur y anterógrado de la tibia con excelente resultado [15].
Las complicaciones mayores observadas fueron la de un caso con falla de material de síntesis femoral, donde la paciente en su seguimiento presentaba discrepancia de miembro y limitación para la movilidad de la rodilla, por disminución de la flexión. Además de la presencia de epidermonecrosis que se solucionaron con la ayuda del servicio de cirugía plástica para el cierre del defecto cutáneo.
Estadificar los casos, utilizando los criterios de Karlström y Flynn [6][8], nos permite encasillar los resultados para crear algoritmos de manejo o estandarizar los casos para conseguir resultados mejores a medida que se presenten nuevos desafíos.
Es necesario un mecanismo de alta energía para que ocurran lesiones tan graves como la “rodilla flotante”. El accidente es un accidente de tránsito; en todos los casos tuvimos que el paciente se trasladaba en motocicleta, donde la responsabilidad del adulto es máxima al decidir subir a un menor de edad y exponerlo al peligro potencial.
La conducta quirúrgica es la que permite tener mejores resultados funcionales finales, siendo la elección del material una decisión que compete al cirujano. Creemos que las técnicas mínimas invasivas deben ser la primera opción para el mejor manejo del paciente, disminuyendo la agresión de las partes blandas.
Referencias
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